La propagación de la IA plantea posibles implicaciones para los derechos, incluidas las cuestiones de privacidad.
Habiendo operado desde 1843, Tivoli ya cuenta con la confianza de la gente. “Somos transparentes sobre cómo usamos los datos de nuestros huéspedes y les facilitamos la decisión de qué permisos quieren otorgar”, dice Michala Svane, vicepresidente senior de ventas y marketing de Tivoli. “No compartimos nuestros datos con terceros. Además, mantenemos nuestras ofertas y comunicaciones relevantes para que los huéspedes experimenten nuestro uso de los datos como un servicio y no como una intrusión ".
Aunque la automatización de tareas es atractiva, las organizaciones deben mantener la supervisión cuando se trata de información personal. Según el informe de la Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, "Conseguir el futuro correcto: inteligencia artificial y derechos fundamentales": "Es necesario garantizar que los servicios y las decisiones basadas en la IA no sean discriminatorios".